Todas las baterías de plomo-ácido liberan hidrógeno de la placa negativa y oxígeno de la placa positiva durante la carga. Las baterías VRLA tienen válvulas de alivio de presión unidireccionales. Sin la capacidad de retener la presión dentro de las celdas, el hidrógeno y el oxígeno se perderían en la atmósfera y en un momento dado los electrolitos y los separadores se secarían por completo.
El voltaje es la presión eléctrica (energía por unidad de carga). La carga (amperios-horas) es una cantidad de electricidad. La corriente (amperios) es el flujo de electricidad (velocidad de carga). Una batería solo puede almacenar una determinada cantidad de electricidad. Mientras más se aproxime a la carga completa, más lento debe cargarse. La temperatura también afecta la carga. Si se utiliza el voltaje correcto para la temperatura, una batería aceptará carga a su ritmo ideal. Si se utiliza mucho voltaje, la carga se transmitirá a la batería más rápido de lo que puede almacenarse.
Las otras reacciones, además de la reacción de carga, también transportan esta corriente a la batería—principalmente por gasificación. El hidrógeno y el oxígeno pueden liberarse más rápido que la reacción de recombinación. Esto aumenta la temperatura hasta que la válvula de alivio de presión unidireccional se abre. El gas perdido no puede ser reemplazado. Toda batería VRLA se secará y fallará de manera prematura si se somete a sobrecarga excesiva.
Nota: Lo que causa este problema es el exceso de voltaje, no el exceso de carga — una batería puede estar “sobrecargada” (dañada por exceso de voltaje) incluso si no está “cargada” completamente. Nunca instale ninguna batería de plomo-ácido en un contenedor sellado o en un lugar cerrado. El gas hidrógeno tiene que poder salir.